lunes, 7 de marzo de 2011

Las apariencias engañan

Me hallo en mi hogar, pero en mi hogar el de verdad, en Plasencia (aclaro porque da lugar a errores cuando digo que me voy de vacaciones a mi casa y la gente me mira como diciendo: "qué emocionante...", pensando que me voy a quedar en Madrid). El caso, que estando en mi retiro espiritual, he recopilado datos suficientes para la elaboración de una nueva entrada en el blog basada en errores en los que he estado inmersa durante muchos años de mi vida.

El sábado, nos disponíamos a hacer un poco de turismo rural para que el rubiales echase sus fotillos por la zona. Mi padre propuso ir a Piornal, el pueblo más alto del Valle del Jerte, 1500 habitantes, un pueblo perdido de la mano de Dios donde, para llegar, tienes que tener mucha paciencia, la tensión regulada y la biodramina a mano (a la que mi padre se empeñó en llamar anfetamina). El caso, que llegamos y, desde el momento que nos bajamos del coche (a pesar del tormento anterior con tarta curva), se acabó la tranquilidad. Safri Duo a todo trapo, sonando a través del altavoz de una C15, y una panda de personajes disfrazados de cervezas, cigarros y todo tipo de vicios. Efectivamente, sábado de carnaval... Tras la lección a manos de mi padre sobre cómo entrar a un grupo de chavales, a modo "Callejeros", para que te digan si hay nieve en el puerto, volvemos al coche y proseguimos con nuestro viaje. Volviendo a mi padre, un tipo con sus RayBan de toda la vida, su puro (que se encendió nada más bajar del coche, detrás de una columna, como si se estuviese haciendo un porro), sus prismáticos colgados, su arte para acercarse a tres chavales y decir: "tenéis fuego?? por cierto... hay nieve??" y su cazadora Roc Neige... motivo de mi entrada en el blog.
Hasta el famoso sábado de carnaval he vivido engañada, una vez más...

Hace unas semanas, cuando estaba buscando chaquetas abrigadas para mi viaje a Amsterdam, me acordé de una marca que recordaba haber visto en alguna ocasión en temas de nieve y montaña... Roc Noice. Busqué la página de la marca, y nada, ni rastro de ella. Google no mostraba resultados, y no hacía más que poner en duda el texto que había puesto para buscar: "cazadoras Roc Noice"... diciendo: "Quizás quiso decir..." Quizás quise decir nada! Roc Noice, a secas!! Ante la desesperación, pensé que la marca había desparecido del mercado, como otras muchas, y dejé mi pelea con Google.
Mi engaño continuaba, hasta el sábado... Momento en el que mi padre dice: "Joder, esta cazadora es buena, tiene 30 años..." y, ante mi pregunta sobre qué marca era, contestó: "Roc Neige". Entonces, la búsqueda que tuve lugar días antes, y mi conflicto con Google, pasó por mi cabeza en cuestión de segundos. Analicé el logo detenidamente y cuál fue mi sorpresa al descubrir que lo que yo creía ver como O era una E y que la G está totalmente camuflada en una C! Por fin he hecho las paces con el buscador y me ha mostrado la página que buscaba.

A raíz de este descubrimiento, han venido a mi mente casos parecidos que han sucedido en los 24 años que tengo. Procedo a su relato.

El póster de mi habitación... 17 años atemorizada. Cuando tenía 17 años, hicimos obra en casa, y descolgamos un poster que se encontraba clavado a mi pared desde que era pequeña. 17 años estuve preguntándome por qué mis padres me habían puesto una foto de un animal nocturno parecido a un "chupacabras" y que me daba pánico. La verdad es que, cuando preguntaba, mis padres me decían que era un pájaro, pero yo pensaba "y dónde leches se encontrará esa especie...". No tengo la imagen , para poder explicar lo que yo veía, pero aunque la tuviese, nadie iba a ver nada más allá de lo que era... un simple pajarito subido a un tronco. Cuando hicimos la otra, repito, bajamo el poster, y, al verlo de cerca, se me encendió algún botón del sistema visual, que había estado años apagado, y vi lo que realmente era! En efecto, un pajarito de los que se ven por la ciudad todos los días, por la noche, subido a un tronco con unas ramas y un gusanito en el pico.

El Seven Up... 19 años engañada. 19 años oyendo hablar de esta bebida, pero jamás había visto su envase. En su lugar, veía muy a menudo el envase de una bebida que nunca he oído nombrar a nadie... el ZUP. Hasta que cierto día me di cuenta de que la Z no era una Z sino un 7... entonces mi mente comenzó a funcionar y pensé: "Coño! Siete... Seven... Seven Up!!!". Por primera vez, veía su envase, siendo consciente de que era su envase... Desde ese momento, desaparecía de mi propio mercado mental el ZUP...

Pecu... 22 años sin conocer su existencia, y el día que soy consciente de ello, me informan que además no se llama Pecu, sino Pepu!

Las redes sociales... años sin saber de ellas ni su labor y hoy descubro el juego que dan para contar estas cosas raras que me suelen pasar, y me seguirán pasando. Mientras tanto, seguiré engañada durante años con otras cuestiones.

1 comentario:

  1. jajaja, con lo del 7up ambién he tenido yo mis conflicos porque mi acento me transmitía /zevená/ y, aunque yo lo relacionara con la botella verde, tardé en captar eso de que el 7up era seven up, de donde provenía mi particular zevená! xD

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