sábado, 26 de octubre de 2013

Grandmothers will be grandmothers



Hoy es el cumpleaños de mi abuela, único día del año en el que hago una llamada, de las de verdad de ponerse el teléfono en la oreja, a España (la mujer año y medio demandando Whatsapp, asique, como se ponga cabezona, al año que viene ya ni este día). 

No obstante, la llamada podría ser grabada año tras año si decido quedarme aquí mucho tiempo, porque el diálogo se basa en insistir en que cuelgue porque sale muy caro, en hacerme creer que he muerto cuando dice que mi habitación todavía huele a mí (yo los 8 años que he estado en Madrid me duchaba, de verdad), y que ya es muy vieja.

Pero bueno, esto creo que es bastante común en la mayoría de las abuelas. Y precisamente de eso voy a hablar hoy, de las abuelas por el mundo. De cómo una abuela es una abuela aquí y en Pekín (en Pekín no sé, pero en Serbia seguro, que lo tengo comprobado).

En poco más de un año he tenido la oportunidad de tratar con un abanico muy amplio de edades (demasiado amplio, para mi gusto). Por el extremo superior, he dado directamente con 3 abuelas, y tras un estudio exhaustivo, me puedo lanzar a concluir que, al pasar cierta edad, viene un duendecillo a instalarte un chip de “abuela” y empiezas a comportarte como el resto de la población de esa edad.
Serbia, Montenegro, España y la India. Aparentemente sin mucha conexión entre sí. Error, la población de más de 65 años en esos países cree que:

- Has comido poco

-          - Estás muy delgada, pero…

-          - Ojo! No pasarse, que entonces creen que estás gorda

-          - Tienen que explicarte los ingredientes que lleva el puré de verduras que te estás comiendo (incluso si saben que no os estáis entendiendo, te lo cuentan, claro que yo me imagino a mi abuela con un chino que no habla ni papa de español y ese chino, como mínimo, se lleva la frase “come pan”, y “este purecito se come sin ganas, que tiene 4 patatas, 1 puerro, 5 zanahorias,…”)

Creen muchas cosas más, pero principalmente tienen preocupaciones culinarias. 

Como prueba, hace un año me trajeron a la casa donde vivía a la abuela que venía desde Serbia, durante un mes, y otro mes con la de Montenegro. Ni “hello” sabían decir, y no me preguntéis cómo pero teníamos conversaciones de horas, y bastante profundas. Krompir, jaja, mleko, hleb, tanque y jedu (patata, huevo, leche, pan, delgada y comer) son algunas de las palabras que aprendí, ¿casualidad? No lo creo…

No obstante, como para generalizar hay que tener más datos, he esperado un año para conocer a otra abuela, esta vez de la India. Al menos inglés habla. Pero la primera vez que me vio, lo primero que preguntó fue: “Qué tal comes? Te gusta todo?”

Sólo hay que verla cuando se llevan al nieto a Escocia y hacemos Skype con ellos, llames a la hora que llaves está cebándole. Con cuchara pequeña, eso sí (esto es una teoría que tiene mi madre sobre todos los niños que ella ha visto que cuando eran pequeños les daban de comer con cuchara grande, que dice que ahora están de buen ver).

Aparte de los temás alimenticios, las abuelas se suelen quejar de que están empezando a perder memoria, pero hay que ver cómo te organizan la salida antes de abandonar la casa. ¿Llevas llaves? Abrígate. Cógete un paquete de pañuelos (la mía siempre lo ofrece). Ten cuidado. Etc, etc.

Todo esto lo dicen de carrerilla y haciendo caso omiso a cualquier alegación que quieras hacer. Yo creo que esta parte está instalada por defecto en el chip ese que digo que te instalan, y está en versión beta.

Hablando de temas tecnológicos, las abuelas vienen pegando fuerte. Términos como Skype, Facebook o Whatsapp vienen completamente instalados en ese chip, y piden acceso a ello. Dale un móvil a una abuela y dominará el mundo. Con un ojo guiñado, dispositivo alejado a todo lo que les da el brazo, y con unos números del tamaño de una casa (configurados por el niet@ de turno), y lían la de Dios.

Luego a ellas les da miedo coger el teléfono cuando les llaman de números raros. Pero señoras, que si el que las está llamando supiese a quién está llamando, el que se echaría a temblar sería él.

Y no sabemos si el tema tecnológico tiene algo que ver con lo que viene a continuación.

Las abuelas son la parte de la población que menos duerme. Esto es un poco como la estimación de los asistentes a una manifestación, los datos del Gobierno y Sindicatos distan bastante. Pues los datos de horas de sueño que las abuelas asegurar dormir, ya descuadran cuando de momento, ya las has visto pegar cabezadas que, sumadas, dan más horas de las que dicen.

Si, tal como aseguran, de verdad duermen 2 horas, estas mujeres están desaprovechando un potencial muy grande al que podrían sacar partido haciendo temporada en Ibiza.

Y es que, como ellas dicen: “quien vale para trasnochar, vale para madrugar” (a mí me gusta más la versión contraria: “quien vale para madrugar…”). Pues ellas abarcan todo, eso sí, jusssto a la hora que tu las pillas, es el poquito rato que están durmiendo. Haces lo que viene siendo un efecto Orfidal por lo que parece.

Por cierto, también aprendí la palabra “spavaju”, que es dormir.

Y así muchas más, lo que pasa es que yo aún no he llegado a los 65, y todavía puedo admitir que duermo mis 8 horas, asique tengo que retirarme.

Simplemente añadir que, si estos datos os han parecido escasos, os voy a contar el último. Desde que me mudé a donde vivo ahora, llevo observando algunas tardes desde el ventanal de la cocina, a una señora (que claramente pasa los 65), con un carrito de un bebé paseando por mi calle.

Desde la ventana tenía pinta de ser inglesa. Hace unos meses la vi estando yo en la calle, y desde la lejanía la oí hablar a voces con la nietecilla, por el volumen y porque no la entendía, descarté que fuese inglesa, pero no la llegaba a ubicar. 

Y finalmente, la semana pasada, tuve la oportunidad de escucharla un poquito más de cerca. Y entre toda la juerga que llevaba con la nieta, sobre la cual seguía sin entender, escuché la palabra “zapato”. Asique caminé hasta su altura y le dije “no quiere ponerse los zapatos” (así como modo espontáneo de iniciar conversación de esos que me han enseñado en mis años de dependienta, y de la gracia natural que una tiene, claro). Resulta que es gallega, lleva aquí mil años, etc etc.

El caso cuando le conté mi vida y qué estaba haciendo aquí, adivináis que fue lo primero que me preguntó? Que si comía bien…

Con todo esto, felicitar a mi abuela, que seguro que cuando menos me lo espere me está leyendo el blog (y a lo mejor hasta pone algún comentario de los que ella hace como “qué fuerte”), y decir al que pone los chip, que los siga poniendo, que alguien se tiene que preocupar de que la juventud no pase hambre ni frío.

Y de verdad, abuelas, Ibiza 2014 os espera.

lunes, 18 de febrero de 2013

Manda pelotas...



Cómo se nota que estamos a principios de año y, junto con la dieta, el dejar de fumar y otros sufrimientos varios, los que tenemos blog nos proponemos escribir más a menudo (eso, y que nadie te llame para currar).

Como os decía en la anterior entrada, 6 meses aquí ya. Los primeros días son de adaptación a estas cosas diferentes que tiene esta gente. Por ejemplo, nada más llegar, si te van a buscar al aeropuerto, para romper el hielo coges y te montas en el asiento del piloto de un Audi A6. Llegas, dedicas la primera noche a buscar el enchufe, hasta que te das cuenta que esa fila de ambientadores de Air Wick tirados en el suelo no eran ambientadores, y es una regleta con enchufes. Pasas unos días intentando montarte en el asiento del piloto otra vez. El día que te toca andar te vuelves loca mirando hacia la izquierda, derecha, izquierda, … en los pasos de peatones, creando un movimiento aspersor con el que, vengan por donde vengan, evitaremos ser atropellados. Etcétera, etcétera.

A partir del cuarto día, ya puedes empezar a analizar el entorno. El país, las costumbres, las personas,… o los parques de bolas. Qué mundo el de los parques de bolas.

A ti te dicen el primer día: “tú lleva al niño a los “play groups” a que corra y se canse, que luego tiene que dormir”. Y una mierda! Ahí el único que sale con ganas de acostarse es el adulto que acompaña a la fiera.

Tu llegas allí, pagas por una hora de sufrimiento, y empieza la aventura…

Ese niño, cual perrillo atado a la correa que quiere salir corriendo a echar un pis, que se te quiere escapar para entrar corriendo en esa jaula llena de colchonetas y bolas de colores. Tú que, con un carrito, el bolso, el abrigo,… tienes que correr tras él para quitarle los zapatos… Pero bueno, primer paso superado. En el primer par de minutos piensas: “Relax… una hora de relax…” Já! Se te nota que es el primer día que te hacen la envolvente. No sabes lo que te espera.

Pasados 10 minutos, en los que tienes medio localizado al niño… o no… tú sabes que el tuyo era rubito, con los ojos azules,… muy hábil, como el 75% de los niños que están en los parques de bolas ingleses… 

Pero bueno, que no cunda, ese niño va a venir por su propio pie hacia ti. Entonces eso, pasado ese primer tram0 de 10 minutos, tú, que te has sentado fuera a tomar un café y disfrutar del momento, visualizas al niño estampado contra el cristal de la puerta gritando porque te ha visto a lo lejos y quiere salir.

Te diriges hacia “la jaula”, entras un rato para hacer el amago de jugar con él y darle un poco de compañía y, cuando le tienes confiado y entretenido… zas! Huyes corriendo, tropezando con el resto de nannies y padres que siguen tu misma técnica.

Desde ese momento, tienes 5 minutos contados de gloria otra vez. Cuando te han traído el desayuno a la mesa, el niño, que es un ansia viva, ha visualizado desde dentro de la jaula el plato, y vuelve a estamparse contra el cristal para querer salir. Esta vez no le vale que quieras entrar a jugar con él, ahora a la que tú entras, él se te cuela por un lateral y sale a sentarse en tu mesa y querer tomarse el café.

Menos mal que llevas en el bolso una bolsa con cualquier alimento que te sirve de señuelo para atraer la atención del niño y distraerle de su objetivo.
 


Reconduces al niño hacia la jaula, vuelves a amagar que juegas con él, a estas alturas otros padres ya lo habrán hecho, con lo cual en ese momento eres el único adulto dentro de la jaula… :O! Lo peor que te puede pasar. Un adulto solo en un parque de bolas es carne de cañón. De repente te empiezan a rodear niños, cual grupo de palomas a un viejo en un banco. Ellos creen que estás ahí por placer, que eres una persona amigable, y todos quieren jugar contigo. Entonces tienes que trazar un plan, organizar un juego como tirar bolas y que ellos vayan a por ellas. Entonces, tiras varias bolas a la vez, y a la que se han girado todos a por su objetivo… zas! Huyes.

Si alguien se pregunta: “pero cuando se den cuenta…?”, no pasa nada, los niños tienen un recuerdo muy poco duradero, si a la que se vuelven a girar, ese adulto no está ahí, ya inventarán otra cosa con la que jugar.

Pasan 10 minutos y, cuando te quieres dar cuenta, están jugando, entretenidos… pero algo falla, las velas que le caen a tu niño de la nariz. Entonces, como eres una persona civilizada, tienes que entrar a solventarlo.

Este punto, hay gente que se lo salta, por el tema ese de la civilización y tal.

De ahí, derivamos a la fuente de infecciones que es un parque de bolas, a eso habría que prenderle fuego todas las noches y volverlo a montar por las mañanas.

El caso, que llevas media hora en el parque de bolas y el niño todavía no ha aguantado dentro más de 10 minutos seguidos.

De repente, cuando le has limpiado los mocos, le has encasquetado a un adulto solitario que se hallaba atrapado dentro rodeado de criaturitas,… uno de ellos abandona la jaula, y empieza a jugar fuera. Fuera de un parque lleno de juguetes de colores. De cosas que llaman la atención de los niños. Y se pone a jugar FUERA. Con la cosa más simple que tenga a su alcance. Véase una cucharilla, véase una bolsa de azúcar… Y entonces el resto de la manada empieza a escapar de la jaula y a organizar un juego fuera de ella.

Varios padres vuelven a recoger a los niños para poner en práctica de nuevo la técnica de “hago como que juego contigo pero en cuanto te gires te abandono”. Otros tantos tienen ya tantos años de rodaje que ni se molestan en ello, y dejan que sus niños se encaramen a algún padre ajeno.

Porque claro, ahí hay de todo. Gente nueva, pero gente que ya ha hecho callo, gente muy entrenada. Al igual que los niños, dentro de todo parque de bolas hay una tipología de niños muy clara: el malote, que se dedica a linchar a todos; el valiente, que no se mete con los demás, pero se defiende; el que se las lleva dobladas porque tiene una torrija encima que no puede con ella; alguna parejita de niños que se han caído bien y cuyos padres quieren emparejar; el independiente que juega solo; el pesado que decide ir detrás del independiente, recibiendo sus muestras de ignorancia;…

El caso, que cuando crees que llevas un día intentando luchar contra los elementos, sólo ha pasado una hora. Pero al menos, ha pasado. Entonces es cuando entras a por el niño y… se pone a llorar porque no se quiere ir. Momento de sacar una bolsa de señuelos otra vez, encajarle en el carrito a presión, y salir haciendo caso omiso a los gritos.

Tras esto, llegas a una conclusión, y es que las entradas a estos parques te suelen dar derecho a una hora, y yo creo que es porque las técnicas no dan para más, los parques más grandes, donde los padres pueden esconderse mejor, permiten hasta 2 horas de juego. Todo cuadra.

Ahora sólo queda llegar a casa y especificar a los padres que ese mito de “llévale al parque para que se canse y duerma” está mal planteado.

jueves, 31 de enero de 2013

La solución a la crisis



Tras casi 6 meses en este país, me veo capacitada para empezar a escribir sobre él (ya sabéis, la dura labor de investigación, el salir, entrar,…) 

La dinámica de los parques de bolas y cómo abandonar a un niño en ellos, o el comportamiento de una abuela sea aquí o en serbia, serán algunos de los títulos que vayan viniendo en las próximas semanas. Pero hoy vamos a ponernos serios y a hablar del tema de moda, por el cual los caralechoncitos nos preguntan si nosotros enviamos dinero a nuestro país: la crisis.

La culpa de la crisis en España la tienen los móviles. Esa es a la conclusión que he llegado tras una comparación entre los dispositivos que se gasta esta gente (dispositivos móviles… teléfonos) y el par de te… (y ahí hablo por mí) teléfonos que traemos los españoles.

Ese joven español que se ve obligado, como dicen en las noticias, a salir de España por la difícil situación (nos han dado la idea de excusa perfecta, eso sí). Por cierto, para identificar al que de verdad se va obligado por la situación, hay que buscar a esos que, también según las noticias, se van llorando. Porque al resto le falta irse haciendo un corte de mangas. 

El caso, como decía, ese español que se viene en su vuelo Low Cost, con la maleta cargada de jamón y aceite de oliva, con su agencia reservada para compartir piso con 20 Jonathans en una misma casa, su esperanza de encontrar curro cuanto antes para no tener que volverse en 2 semanas,… y que, de repente, saca sus 2 Smartphone del bolsillo.

Porque claro, el resto de gente o va tirando a duras penas con él número de su país, o lo da de baja y se coge una SIM inglesa. Pero nosotros no, nosotros queremos el número inglés que te da mucho caché y el español, cuya única función es liarnos a la hora de tenerle que dar el Whatsapp a alguien “mira chiki, apúntate mi número inglés, ese para llamadas y mensajes, y si quieres enviarme un Whatsapp apúntate el español porque tengo la cuenta configurada con ese número blablablabla…” A estas alturas del discurso ya has aburrido al maromo que te estabas intentando ligar.

Ahora llega el inglés de turno, personaje inerte donde los haya, al cual le falta el gen de la acción final, ese inglés al que han enseñado a ser muy “polite” y muy poco “honest”, de repente, ese inglés, saca su teléfono… Sólo diré que estoy esperando a ver de un momento a otro un One Touch Easy. WTF!? No sé por qué medio se transportan los muñequitos de Android, pero desde luego que a esta isla aún no han llegado.

Buscaremos una explicación en el hecho de que aquí la mayoría de las compañías ofrecen SMS ilimitados a móviles de Reino Unido, y no les hace falta Whatsapp y esas modernidades… pero oigan, que ya no es ese el hecho, que es el hecho de que con ese móvil puedas llegar incluso a escribir SMS.

Aquí las tiendas de telefonía deben estar hechas para los turistas, porque ellos en móviles no se gastan. A un inglés le pones un sector servicios (quien dice sector servicios dice fiesta en Mallorca) y pídele lo que quieras, pero en teléfonos… que también, para irse en verano a España, pillarse la castaña del siglo y perderlo… tiene su lógica.

Por tanto, esta gente, que funciona bien, no enloquece con las tecnologías. Tomemos nota.

Además de los móviles, podría analizar otros posibles puntos que quizás nosotros estemos gestionando mal.

- Ropa de abrigo, otro gasto innecesario. Los zapatos cerrados están muy caros, y más ahora que Amancio está poniendo sus zapatos de plástico bien gestionado a precio de Jimmy Choo. Los abrigos, de 90 euros no te baja uno decente. Si aquí, a 10º bajo cero, las mozas van con sus sandalias de verano y sus vestidos al aire libre, será por algo: por ahorro.

- El alcohol, esos dosificadores para sacarle el máximo partido a cada botella, tienen su razonamiento: ahorro.

- Ese palique que tenemos los españoles, que no se te ocurra preguntar un “¿Qué tal?” por cortesía si vas pillado de tiempo, y esta gente siempre está “Fine, thanks”. Eso es por ahorro de saliva, claramente. 

- Socializar hace gasto.

Y para no socializar, no venden jamón, chorizo, ingredientes decentes para hacer una paella o un buen aceite de oliva para una ensaladita con una tortilla de patatas. Estas cosas incitan a hacer una sentada y echar el día, nada rentable.

Y, desde la más absoluta ignorancia de temas puramente económicos, este es mi análisis de la boyante situación en Reino Unido.

Eso sí, te sale un día de sol como el que hemos tenido hoy y te acuerdas por qué en España y resto de los PIGS que dicen ellos, por mucha crisis que haya, se está como en ningún lado. Esa gente con sangre mediterránea que va con una sonrisa de oreja a oreja en cuanto sale el sol, contrastando con el inmutable rostro de la muerte de los autóctonos…

Por eso, para el bien mutuo de los PIGS y este país que tan amablemente nos acoge, propongo la organización de campamentos de verano para guiris, para “mediterraneizarse” un poquito. Esta gente tiene dinero, dispuestos a gastárselo en cualquier cosa menos en un Iphone, nosotros tenemos el sol perfecto para sus sandalias de verano que tan cómodamente lucen en pleno enero, la solución a su ausencia de abrigos, el jamón, las tapitas, las copas servidas a ojo de buen cubero y, en definitiva, sangre en las venas.

Que corra la idea y, hasta entonces, daré gracias a que ese “yo estoy hablar un poquito español” como ellos dicen (ponedle acento de Melanie Griffith) no les da ni para entender el nombre del blog, porque me tienen que dar un trabajo (si me queréis ofrecer alguno, ya sabéis, española, tengo 2 teléfonos).

jueves, 14 de junio de 2012

Tipos de pollo o cómo identificar tensiones

Esta vez se me ha ido de las manos y no sé cuánto tiempo llevo sin publicar nada. Ante todo, pedir perdón, y pedir que no haya tensiones en el ambiente, que rápido me montáis un pollo.

Y precisamente de eso voy a hablar hoy, de los pollos y sus tipologías. No esperéis encontrar la receta del Pollo a la Pantoja, eso sí.

¿Buscando un manual de instrucciones para tratar con el personal que te rodea?¿Notas ambiente hostil a tu alrededor y no sabes ni por dónde te viene? No busques más, la Wikipedia no tiene nada que decir ante esto, yo sí.

Puede que tu pareja se haya cabreado contigo, que notes ciertas tensiones por parte de alguien, o, lo que también puede suceder, que estén muy enfadados contigo y ni lo sepas. Si pretendes encontrar respuestas a esto a través de Google tendrás que seguir unos pasos:

1.- Encontrar las primeras páginas en las que pone que te mueres. Esto es así, es como cuando tienes síntomas de cualquier cosa, si buscas en Internet, acabas encontrando un foro en el que aseguran que es malísimo, y que nos coges la delantera a todos, sin esperar al fin del mundo en diciembre.

2.- Pasar a Google Imágenes y encontrar tías en pelotas. Segundo hecho de Internet, pongas lo que pongas, en Google Imágenes siempre hay un pecho esperándote. (Por cierto, NUNCA pongáis "montar pollo" en Google Imágenes... :S)

3.- Dar con mi blog y hacerte seguidor, esto también es así.




Una vez seguidos todos estos pasos, aquí tienes el material que estabas buscando:

a) Pollo silencioso. Ese pollo que está tan bien camuflado, que podríamos llegar a decir que ni existe. Podrás tenerlo delante y no darte ni cuenta.

Es un pollo complicado, porque la otra persona tiene un mosqueo interior curioso, que tú ni siquiera sospechas. Para ti el mundo es de color de rosa, y la otra persona tiene el interior muy quemado.

El enfadado pretende que le pidas perdón por algo, le des alguna explicación, etc. pero presuponiendo que tú tienes que saber lo que le pasa. La gravedad de la causa de este tipo de pollos suele ser muy baja, normalmente estando asociada la causa a factores subjetivos y de dudoso equilibrio mental del que gesta en su interior el pollo silencioso.

Este cabreo camuflado podrá identificarse por puyitas diversas, torcedura de morro, o ironía excesiva.






b) Pollo en negación. Una de las secuelas del pollo silencioso.  Tú, que eres una persona hábil, con intuición, con don de gentes,... te das cuenta de que algo pasa. Bueno, eso y que te acaban de lanzar una puya que te ha dejado noqueado. Entonces se te ocurre preguntar "¿Te pasa algo?". ERROR. Acabas de provocar que el pollo silencioso mute a pollo negativo. "¿¿A mí?? ¡Nada! ¿¿qué me va a pasar?? ¿¿Es que me tiene que pasar algo??".

Llegados a este punto, hagas lo que hagas te lleva a la calavera. Si eres tan ingenuo de creértelo y continuar como si nada, MAL. Si insistes porque no ha colado, MAL. Ante tal tesitura, retirada suave, abandono temporal del cónyuge, dejar que sus leones mentales se peleen solos y, cuando la fiera haya muerto, volver como si nada.

c) Pollo público. Bochornoso. Procedente de individuos sin ningún tipo de control mental, con el conocimiento justo para no mearse encima, y con gran desarrollo del gen "soy verduler@ y carne de TeleCirco".

Puede venir precedido de un pollo silencioso en algunos casos, es decir, estás en tu casa con tu pareja, las dagas de rencor vuelan por la sala sin que te des cuenta, vais a ir a cenar con unos amigos y tú, ingenuamente, prevés una gran noche. Por su parte, el pollo silencioso está trabajando fino. Resguardado en la mente de la otra persona, está tramando cosas que van desde "No me apetece ir con esta gente" o "¡Yo enfadado y ésta aquí tan pancha!" hasta "Mírala, el detallito tan feo que tuvo hace 4 meses y ahí tan a gusto que está!".

Este pollo público puede estar precedido también por uno negativo. Es decir, ante ciertos detallitos te da por preguntar "¿Te pasa algo?", te dicen que no y tú te lo crees, asique prosigues tu cita en grupo con total normalidad.

El pollo público puede venir también de nacimiento, que la gente es así por tara genética y ya está.

El caso, que venga de donde venga, lo peor aún está por venir. Todo eran risas hasta que el pollo público decide hacer su aparición. Entonces, con tus amigotes presenciando todo, tu pareja comienza a cruzar los brazos adoptando la pose de aburrimiento, a fruncir el ceño, a regañarte por lo que haces, a reprocharte cosas en bajito, a subir el volumen, subir el volumen, subir el volumen,... y ahí lo tienes, en todo su esplendor.

Para identificar este tipo de pollo sólo tienes que escuchar el comentario de la jugada por parte del resto de acompañantes que dirán: "¡¡la que le ha liado!!". De estas escenas salen motes como "calzonazos".

d) Pollo roaming. El pollo más internacional, el que va más allá de las fronteras, no entiende de idiomas ni ajustes horarios.

Tú que te vas felizmente de viaje al Caribe con tu novio, que decides que la fría Rusia es buen momento para darse calor humano con tu chica, o que te vas de relax con tu pareja a Bali,... y de repente, una rusa, un caribeño mazado o el detallito raro que tuviste hace 2 semanas, activan el roaming bronquil y ya lo tienes montado.

Ni el motivo del viaje, ni el destino, ni el dinero que te has gastado en los billetes de avión y el hotel son motivo suficiente para calmar los ánimos. No obstante, estos pollos son pasajeros, además de porque viajan, porque su intensidad depende mucho de la seguridad de la ciudad a la que habéis viajado, la dificultad del idioma y la capacidad de reconocer el camino hacia el hotel.

Por instinto de supervivencia, estos pollos no tienen mayor duración que la del viaje en avión, el camino hacia el hotel o el tiempo justo para hacer amigos y dejar abandonada a tu pareja en el contenedor más cercano.

e) Telepollo. Que el nombre no os confunda, hablo de las broncas telefónicas. Y cuando digo telefónicas me refiero a cualquier forma de comunicación a través del teléfono.

Normalmente esto sigue un orden. Comienzas de buen rollo por Whatsapp, unas risas, unas bromas,... y malentendido. Para solucionar el malentendido, tiras de llamada, que hablando de entiende la gente. Entonces, nada más lejos de solucionarlo, la cosa va empeorando, hasta que uno de los dos sujetos, normalmente el avasallado, cuelga.

El sujeto cabreado entra en cólera ante la indiferencia del otro. Entonces se produce un fenómeno que es al amor lo que el tabaco a los pulmones: muerte y destrucción.

Comienza a hervir la sangre del sujeto alterado y a batir récords de llamadas por segundo al otro, que, a su vez, va siendo cada vez más repelido ante tal insistencia.

Ante la ignorancia del pasivo, el sujeto activo comienza a tirar de Whatsapp con mensajes tan variados como inquietantes que abarcan temas tan contradictorios como "Perdóname, te quiero", "No sé por qué me he puesto así" hasta "esta me la pagas!", "cógeme el teléfono o te vas a arrepentir".

Un experimento podría ser dejar el móvil aparcado unos minutos. Dependiendo de cuánto se alargue la espera, puedes encontrar mensajes de todos los extremos del estado de ánimo humano. Pero ojo, cuidado con dejarlo demasiado tiempo, ya que lo último que puedes encontrar es "me planto en tu casa!" seguido de una llamada al timbre.

Nunca subestimes la locura del ser humano ni a las infraestructuras del telepollo para montarte el chiringuito en la puerta de casa.

Telepollo dirigiéndose al hogar de la "víctima"

 Si tienes dificultades para distinguir esta tipología de enfado, podrás medirlo por lo que dura la batería de tu móvil o por el registro de llamadas perdidas. La mejor solución a estas broncas es volver a la vida 1.0 y tirar de charla en persona.

f) Pollo boomerang. Último de los pollos que voy a clasificar, y que denomino así porque lanzas una ofensiva que, al final, te cae a ti.

Pollo Boomerang en Angry Birds

 Te hallas frente al sujeto B, con un motivo más que suficiente para estar cabreado, un motivo de esos que va más allá de las gilipolleces comunes, dispuesto a exponerlo y...de repente... te han montado el pollo a ti.

Sin saber por dónde te ha venido, como si te hubiesen hecho alguna jugada de defensa personal, te ves inmerso en una bronca hacia tu persona por parte del otro que, muy hábilmente, ha sabido cambiar las tornas y fulminar por completo tus motivos para estar enfadado por lo que fuese.


Ante esta situación, poco más que decir además de que eres poco vivo y de mente aletargada.





Hasta aquí la clasificación de hoy. Sólo me gustaría añadir que, tanto si eres el pollo como si eres el cerdo (todo en plan metafórico, como en Angry Birds) contra el que se dirige el pollo, uses el sentido común. Igual que hay campañas de concienciación contra el alcohol, las drogas y los accidentes de tráfico, vamos a erradicar estos actos de bandalismo interno que son muy malitos para las relaciones.

Y, por último, ante todo, decir que no me refiero ni a chicos ni a chicas, que no quiero quejas de ningún colectivo, porque yo no soy feminista ni machista, soy, como diría Nati Abascal, "persona muy humana y os quiero a todos".


martes, 20 de marzo de 2012

Dejar un poco a la imaginación

A punto de comernos el primer trimestre del año, con la primavera encima (aunque viene disfrazada de invierno) y haciendo balance de los 3 primeros meses del año, seguro que ya habéis dejado los gimnasios, os fumáis hasta los muñones, la dieta la dejasteis nada más empezarla,… vamos, los propósitos a la mierda.

Como yo, que dije que iba a escribir más este año (por aquello de dejar un bonito legado cuando palmemos todos en diciembre), y en cuanto os habéis descuidado os he dejado tirados un mes.

Pero no sufráis, he vuelto.

Algun@ ya estaba sufriendo con mi ausencia “literaria” en la red. Y es que menuda crisis le entra al personal cuando desapareces de las redes. Puedes tener toda la vida del mundo, pero si no estás en las redes sociales… estás muerto.



¿Todo esto para qué? Para hablaros hoy de la panda de frikis que está criando Internet.

Usuarios de las redes sociales somos todos, o casi todos (ya hablé un día de los tipos de usuarios, y ya os hablé de esa gente que se resiste a entrar). Y, en ese mismo post, os hablé del tipo de usuario que cuenta su vida en estados de Facebook, tomándose muy en serio la pregunta que Facebook te hace en la cabecera “¿Qué estás pensando?” (de hecho, hay gente que sobrepasa sus pensamientos y cuenta aún más de lo que su cabeza puede llegar a albergar).

El caso, que estos ya se encargan de ser frikis de forma activa, pero ¿y los demás?¿nos creemos que por no resumir nuestra vida en estados de Facebook y usarlo de forma más o menos moderada somos unos bohemios 2.0? Pues lamento deciros que no...

Tener una aplicación en el móvil a través de la que te puedes etiquetar en cada segundo dónde te encuentras, que te da puntos por darle pistas al loco psicópata que te va siguiendo para saber dónde estás, que para que te sientas importante te hace “Alcalde de tu casa” por haber hecho “Check In” allí más veces que otro (lo gracioso sería que tu mujer se esté tirando a otro y éste se registre en tu casa cada vez que vaya allí... imagínate: “Fulanito de tal ha sido nombrado Alcalde de tu casa”, ya no eres ni el más malo de tu rellano),... [Four Square]

Tener una aplicación que, cuando terminas de hacer deporte, vuelca los datos en las redes sociales para que tus colegas vean lo fuerte y lo sano que eres, y lo buenérrimo que te vas a poner este verano, una aplicación que te dice las equivalencias de comida que has quemado (fijo que si lo hago yo, cuando vengo de correr, me pondría “ha perdido 3 kilos, del hígado y el corazón, que se lo ha dejado a media carrera”, ojo, a media carrera de correr, de la otra lo que me estoy dejando es la vida), aplicación que publica tu recorrido para que los violadores te cojan la hora y el lugar y, cuando calculen que has perdido manzanitas suficientes para estar tremenda, lo aprovechen,... [Cardio Trainer]

Tener una aplicación que publica en Facebook los artículos que lees, que luego te haces la sorprendida diciendo “uys, me ha entrado un virus en la cuenta, yo no leí eso sobre la Pantoja, si a mí no me gusta el cotilleo”,... [Noticias Yahoo]





Tener un programa de música que puedes sincronizar con Facebook y a través del cual tus contactos saben en qué punto de hundimiento o de subida te hallas dependiendo de la lista de música que estés oyendo, a través del cual descubren que un día te ha dado por escuchar a las Spice, que muchos tienen como escaparate (cual “Cani” que va en su coche tuneado con la música a tope y los cristales bajados en pleno agosto para exhibir sus gustos musicales),... [Spotify]

Tener una aplicación en el móvil que se salta todo tipo de cribas a la hora de subir fotos, para la cual no existen procesos de selección en las fotos y, según echas una, ya te la está publicando en el perfil de Google+,... [App de Google+ para Smartphones]

Tener una aplicación en Facebook que publica tu inocencia, tu superstición y tu falta de cordura, es decir, publicando que te lees el horóscopo todos los días, dejando tu futuro en manos del destino, publicando que ese día, mi queridísimo Piscis, va a ser un día de mierda (acompañado por la lista “Muerte súbita” que te has creado en Spoty),... [App Horóscopo Facebook]

Todo esto, y mucho más, no es ser friki, es ser una estrella de la farándula a nivel casero. No te hace falta salir en Sálvame para que la gente se sepa tu vida.

Lo que escuchas, lo que ves, lo que haces, lo que quemas, lo que el destino te depara, a lo que juegas,...

¿Qué va a ser lo próximo?¿Avisar de las menstruaciones en Facebook? Ah, no, que ya existe! Sí, guapa, por eso tu novio ni te llama esos días, ni el vecino, ni aquel chico tan majo del trabajo, ni el del gimnasio,... [PMS Buddy]

Como la vida de friki, es muy dura, hay quien sincroniza todas sus cuentas. De esta manera, publica algo en Twitter, y automáticamente Facebook, Tuenti y hasta la vecina del 4º de lo publican también en sus tablones. Este es un arma de doble filo para aquellos que sufren desdoblamientos de personalidad 2.0, los que en Twitter dicen barbaridades, en Tuenti son lovely lovely, y en Facebook son gente culta. Esta gente tiene que desactivar todo tipo de sincronización.

Y hablando de armas de doble filo, si el doble check de Whatsapp ya ha causado estragos en muchas parejas, si controlar cuándo fue la última conexión de una persona ya ha provocado más pollos que donde los hacen, agarraos ahora con Apalabrados, me juego lo que sea a que esta mezcla entre juego y chat ya provocado más de una discusión.

Que si “estabas hablando con esa, y eso es que la quieres poner mirando "pa´ Cuenca" (para lo que, por cierto, está la aplicación iCuenca para iPhone, que te la localiza en todo momento)”, que si “a mí no me contestas a los Whatsapp pero la partida que tienes con mi amiga en Apalabrados la sigues instantáneamente”, que si “has puesto CITA y eso es una indirecta porque quieres quedar con esa persona” (sí, de los creadores de la gente que lee los posos del café, ahora llegan los que ven mensajes subliminales en las palabras de Apalabrados),...



¿Y ese por qué te dice HOLA?


En fin, mucha mente débil, mucho friki, mucha red social (para la que seguro que en pocos años los niños ya tienen que llevar 2 nombres en su partida de nacimiento: el normal y el de usuario para estas redes), mucho afán de airear la vida y muy poquito trabajo a la imaginación.

Asique, por favor, igual que esos que desactivan la sincronización de cuentas para que la de comunista no se le solape con la de nazi, es más, con ejemplos de esos de la vida real que dicen que existe, igual que la gente corre la cortina para cambiarse y que no le vean los vecinos, igual que echas la cortinilla de los probadores cuando te pruebas los vestiditos,... igual que haces todo eso, desactiva las pestañas de “Publicar automáticamente”, “Sincronizar todo”, “Sesión pública”, “Volcar datos”, y no nos cuentes tu vida!

Y sí, yo, mientras, os cuento la mía en forma de blog....