jueves, 31 de enero de 2013

La solución a la crisis



Tras casi 6 meses en este país, me veo capacitada para empezar a escribir sobre él (ya sabéis, la dura labor de investigación, el salir, entrar,…) 

La dinámica de los parques de bolas y cómo abandonar a un niño en ellos, o el comportamiento de una abuela sea aquí o en serbia, serán algunos de los títulos que vayan viniendo en las próximas semanas. Pero hoy vamos a ponernos serios y a hablar del tema de moda, por el cual los caralechoncitos nos preguntan si nosotros enviamos dinero a nuestro país: la crisis.

La culpa de la crisis en España la tienen los móviles. Esa es a la conclusión que he llegado tras una comparación entre los dispositivos que se gasta esta gente (dispositivos móviles… teléfonos) y el par de te… (y ahí hablo por mí) teléfonos que traemos los españoles.

Ese joven español que se ve obligado, como dicen en las noticias, a salir de España por la difícil situación (nos han dado la idea de excusa perfecta, eso sí). Por cierto, para identificar al que de verdad se va obligado por la situación, hay que buscar a esos que, también según las noticias, se van llorando. Porque al resto le falta irse haciendo un corte de mangas. 

El caso, como decía, ese español que se viene en su vuelo Low Cost, con la maleta cargada de jamón y aceite de oliva, con su agencia reservada para compartir piso con 20 Jonathans en una misma casa, su esperanza de encontrar curro cuanto antes para no tener que volverse en 2 semanas,… y que, de repente, saca sus 2 Smartphone del bolsillo.

Porque claro, el resto de gente o va tirando a duras penas con él número de su país, o lo da de baja y se coge una SIM inglesa. Pero nosotros no, nosotros queremos el número inglés que te da mucho caché y el español, cuya única función es liarnos a la hora de tenerle que dar el Whatsapp a alguien “mira chiki, apúntate mi número inglés, ese para llamadas y mensajes, y si quieres enviarme un Whatsapp apúntate el español porque tengo la cuenta configurada con ese número blablablabla…” A estas alturas del discurso ya has aburrido al maromo que te estabas intentando ligar.

Ahora llega el inglés de turno, personaje inerte donde los haya, al cual le falta el gen de la acción final, ese inglés al que han enseñado a ser muy “polite” y muy poco “honest”, de repente, ese inglés, saca su teléfono… Sólo diré que estoy esperando a ver de un momento a otro un One Touch Easy. WTF!? No sé por qué medio se transportan los muñequitos de Android, pero desde luego que a esta isla aún no han llegado.

Buscaremos una explicación en el hecho de que aquí la mayoría de las compañías ofrecen SMS ilimitados a móviles de Reino Unido, y no les hace falta Whatsapp y esas modernidades… pero oigan, que ya no es ese el hecho, que es el hecho de que con ese móvil puedas llegar incluso a escribir SMS.

Aquí las tiendas de telefonía deben estar hechas para los turistas, porque ellos en móviles no se gastan. A un inglés le pones un sector servicios (quien dice sector servicios dice fiesta en Mallorca) y pídele lo que quieras, pero en teléfonos… que también, para irse en verano a España, pillarse la castaña del siglo y perderlo… tiene su lógica.

Por tanto, esta gente, que funciona bien, no enloquece con las tecnologías. Tomemos nota.

Además de los móviles, podría analizar otros posibles puntos que quizás nosotros estemos gestionando mal.

- Ropa de abrigo, otro gasto innecesario. Los zapatos cerrados están muy caros, y más ahora que Amancio está poniendo sus zapatos de plástico bien gestionado a precio de Jimmy Choo. Los abrigos, de 90 euros no te baja uno decente. Si aquí, a 10º bajo cero, las mozas van con sus sandalias de verano y sus vestidos al aire libre, será por algo: por ahorro.

- El alcohol, esos dosificadores para sacarle el máximo partido a cada botella, tienen su razonamiento: ahorro.

- Ese palique que tenemos los españoles, que no se te ocurra preguntar un “¿Qué tal?” por cortesía si vas pillado de tiempo, y esta gente siempre está “Fine, thanks”. Eso es por ahorro de saliva, claramente. 

- Socializar hace gasto.

Y para no socializar, no venden jamón, chorizo, ingredientes decentes para hacer una paella o un buen aceite de oliva para una ensaladita con una tortilla de patatas. Estas cosas incitan a hacer una sentada y echar el día, nada rentable.

Y, desde la más absoluta ignorancia de temas puramente económicos, este es mi análisis de la boyante situación en Reino Unido.

Eso sí, te sale un día de sol como el que hemos tenido hoy y te acuerdas por qué en España y resto de los PIGS que dicen ellos, por mucha crisis que haya, se está como en ningún lado. Esa gente con sangre mediterránea que va con una sonrisa de oreja a oreja en cuanto sale el sol, contrastando con el inmutable rostro de la muerte de los autóctonos…

Por eso, para el bien mutuo de los PIGS y este país que tan amablemente nos acoge, propongo la organización de campamentos de verano para guiris, para “mediterraneizarse” un poquito. Esta gente tiene dinero, dispuestos a gastárselo en cualquier cosa menos en un Iphone, nosotros tenemos el sol perfecto para sus sandalias de verano que tan cómodamente lucen en pleno enero, la solución a su ausencia de abrigos, el jamón, las tapitas, las copas servidas a ojo de buen cubero y, en definitiva, sangre en las venas.

Que corra la idea y, hasta entonces, daré gracias a que ese “yo estoy hablar un poquito español” como ellos dicen (ponedle acento de Melanie Griffith) no les da ni para entender el nombre del blog, porque me tienen que dar un trabajo (si me queréis ofrecer alguno, ya sabéis, española, tengo 2 teléfonos).

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