Tras casi 6 meses en este país, me veo capacitada para
empezar a escribir sobre él (ya sabéis, la dura labor de investigación, el
salir, entrar,…)
La dinámica de los parques de bolas y cómo abandonar a un niño
en ellos, o el comportamiento de una abuela sea aquí o en serbia, serán algunos
de los títulos que vayan viniendo en las próximas semanas. Pero hoy vamos a
ponernos serios y a hablar del tema de moda, por el cual los caralechoncitos
nos preguntan si nosotros enviamos dinero a nuestro país: la crisis.
La culpa de la crisis en España la tienen los móviles. Esa
es a la conclusión que he llegado tras una comparación entre los dispositivos
que se gasta esta gente (dispositivos móviles… teléfonos) y el par de te… (y
ahí hablo por mí) teléfonos que traemos los españoles.
Ese joven español que se ve obligado, como dicen en las
noticias, a salir de España por la difícil situación (nos han dado la idea de
excusa perfecta, eso sí). Por cierto, para identificar al que de verdad se va
obligado por la situación, hay que buscar a esos que, también según las
noticias, se van llorando. Porque al resto le falta irse haciendo un corte de
mangas.
El caso, como decía, ese español que se viene en su vuelo Low Cost, con
la maleta cargada de jamón y aceite de oliva, con su agencia reservada para
compartir piso con 20 Jonathans en una misma casa, su esperanza de encontrar
curro cuanto antes para no tener que volverse en 2 semanas,… y que, de repente,
saca sus 2 Smartphone del bolsillo.
Porque claro, el resto de gente o va tirando a duras penas
con él número de su país, o lo da de baja y se coge una SIM inglesa. Pero
nosotros no, nosotros queremos el número inglés que te da mucho caché y el
español, cuya única función es liarnos a la hora de tenerle que dar el Whatsapp
a alguien “mira chiki, apúntate mi número inglés, ese para llamadas y mensajes,
y si quieres enviarme un Whatsapp apúntate el español porque tengo la cuenta
configurada con ese número blablablabla…” A estas alturas del discurso ya has
aburrido al maromo que te estabas intentando ligar.
Ahora llega el inglés de turno, personaje inerte donde los
haya, al cual le falta el gen de la acción final, ese inglés al que han
enseñado a ser muy “polite” y muy poco “honest”, de repente, ese inglés, saca
su teléfono… Sólo diré que estoy esperando a ver de un momento a otro un One
Touch Easy. WTF!? No sé por qué medio se transportan los muñequitos de Android,
pero desde luego que a esta isla aún no han llegado.
Buscaremos una explicación en el hecho de que aquí la
mayoría de las compañías ofrecen SMS ilimitados a móviles de Reino Unido, y no
les hace falta Whatsapp y esas modernidades… pero oigan, que ya no es ese el
hecho, que es el hecho de que con ese móvil puedas llegar incluso a escribir
SMS.
Aquí las tiendas de telefonía deben estar hechas para los
turistas, porque ellos en móviles no se gastan. A un inglés le pones un sector
servicios (quien dice sector servicios dice fiesta en Mallorca) y pídele lo que
quieras, pero en teléfonos… que también, para irse en verano a España, pillarse
la castaña del siglo y perderlo… tiene su lógica.
Por tanto, esta gente, que funciona bien, no enloquece con
las tecnologías. Tomemos nota.
Además de los móviles, podría analizar otros posibles puntos
que quizás nosotros estemos gestionando mal.
- Ropa de abrigo, otro gasto innecesario. Los zapatos cerrados
están muy caros, y más ahora que Amancio está poniendo sus zapatos de plástico
bien gestionado a precio de Jimmy Choo. Los abrigos, de 90 euros no te baja uno
decente. Si aquí, a 10º bajo cero, las mozas van con sus sandalias de verano y
sus vestidos al aire libre, será por algo: por ahorro.
- El alcohol, esos dosificadores para sacarle el máximo
partido a cada botella, tienen su razonamiento: ahorro.
- Ese palique que tenemos los españoles, que no se te ocurra
preguntar un “¿Qué tal?” por cortesía si vas pillado de tiempo, y esta gente
siempre está “Fine, thanks”. Eso es por ahorro de saliva, claramente.
- Socializar hace gasto.
Y para no socializar, no venden jamón, chorizo, ingredientes
decentes para hacer una paella o un buen aceite de oliva para una ensaladita
con una tortilla de patatas. Estas cosas incitan a hacer una sentada y echar el
día, nada rentable.
Y, desde la más absoluta ignorancia de temas puramente
económicos, este es mi análisis de la boyante situación en Reino Unido.
Eso sí, te sale un día de sol como el que hemos tenido hoy y
te acuerdas por qué en España y resto de los PIGS que dicen ellos, por mucha
crisis que haya, se está como en ningún lado. Esa gente con sangre mediterránea
que va con una sonrisa de oreja a oreja en cuanto sale el sol, contrastando con
el inmutable rostro de la muerte de los autóctonos…
Por eso, para el bien mutuo de los PIGS y este país que tan
amablemente nos acoge, propongo la organización de campamentos de verano para
guiris, para “mediterraneizarse” un poquito. Esta gente tiene dinero,
dispuestos a gastárselo en cualquier cosa menos en un Iphone, nosotros tenemos
el sol perfecto para sus sandalias de verano que tan cómodamente lucen en pleno
enero, la solución a su ausencia de abrigos, el jamón, las tapitas, las copas
servidas a ojo de buen cubero y, en definitiva, sangre en las venas.
Que corra la idea y, hasta entonces, daré gracias a que ese “yo
estoy hablar un poquito español” como ellos dicen (ponedle acento de Melanie
Griffith) no les da ni para entender el nombre del blog, porque me tienen que
dar un trabajo (si me queréis ofrecer alguno, ya sabéis, española, tengo 2 teléfonos).